Las orejeras no son un mero instrumento decorativo como piensan muchos. Protegen las orejas del caballo de los molestos insectos que ponen de los nervios a nuestros compañeros con las consiguientes sacudidas de cabeza por molestia.
En verano son fundamentales sobre todo en zona de campo y proximidad a ríos donde abundan dichos molestos individuos. Pero en invierno también son muy útiles, sobre todo con el frío y los días de viento intenso. Éstas aíslan del ruido y del viento, reduciendo así el zumbido constante en las orejillas de nuestro compi.
Por eso os animo a probar, que además de ser beneficiosas para nuestro compañero, quedan muy chulas.